Durante las legislaturas europeas 2009-2014 y 2014-2019 la UE viene asistiendo al desafío planteado por los alarmantes signos de deterioro y retroceso de la democracia en la UE. No por casualidad esta tendencia ha coincidido con la inmersión de la Unión en la peor crisis de su historia, que arrancó en 2008 y ha venido en llamarse la «Gran Recesión» de la UE o la «glaciación» europea. Hungría ha sido durante este período el caso más paradigmático de las derivas antidemocráticas -restricciones del pluralismo político e informativo, de la independencia judicial y de la jurisdicción del TC- experimentadas por países de la UE. Pero, recientemente, Polonia ha dado muestras de un deterioro igualmente preocupante. Con todo no se trata, desgraciadamente, de casos aislados sino una tendencia cada vez más generalizada que ha recibido, según los contextos, el nombre de «putinización» u «orbanización» de Estados miembros de la UE. El presente artículo hace un recuento de los deterioros constitucionales sufridos por esos dos países y de las iniciativas que desde la UE se han puesto en marcha para seguir y dar respuesta a esos procesos. El artículo hace hincapié en los rasgos «antiliberales» o «iliberales» que caracterizan dichas democracias, así como los inherentes al auge del nacionalismo y la intolerancia y los discursos del odio, y los pone en relación con otros procesos históricos de erosión democrática en Europa, incidiendo en la dialéctica democracia vs populismo. El artículo plantea, asimismo, los conflictos que se derivan del denominado «dilema de Copenhague» y del auge de la extrema derecha a lo largo y ancho de la UE y se detiene en algunos casos como el de las restricciones de derechos a los refugiados en Dinamarca o de los retrocesos habidos en los últimos años en derechos y libertades públicas en España. El artículo concluye que los deterioros descritos están vinculados a la «gran ampliación», que supuso la adhesión a la UE de los países del Este, con el telón de fondo de una crisis económica y financiera devenida, en poco tiempo, en crisis social y de valores como consecuencia de las políticas de austeridad impuestas por un manejo insatisfactorio de la propia crisis. Ello ha redundado en una impugnación de la propia idea de construcción europea desde diversos frentes ideológicos. El artículo se detiene, finalmente, en la respuesta europea a las mencionadas derivas a través de una reivindicación de sus valores fundantes y de una protección reforzada de los mismos mediante la implementación de nuevos mecanismos que velen por la calidad democrática y del Estado de derecho en la UE como complemento de los procedimientos judiciales de tutela de los derechos fundamentales comunes a las tradiciones constitucionales comunes de los Estados miembros.During the European legislatures 2009-2014 and 2014-2019 the EU has witnessed the challenge posed by the alarming signs of deterioration and decline of democracy in the EU. Not by chance this trend has coincided with the immersion of the Union in the worst crisis in its history that began in 2008 and has been called the «Great Recession» of the EU or the European «glaciation». Over this period Hungary has been the best example of democratic backsliding in the EU but Poland has shown an equally worrying deterioration lately. Yet these are not, unfortunately, isolated cases but there is rather an increasingly widespread trend in Europe that has received, depending on the context, the name «putinization» or «orbanization». The present article recounts the constitutional deterioration experienced by those two countries and the initiatives that have been launched from the EU to follow-up and contest those processes. The article emphasizes the «anti-liberal » or «iliberal» features that characterize these democracies as well as those marks inherent to the rise of nationalism and intolerance and puts them in relation to other historical processes of democratic erosion in Europe, focusing on the dialectic democracy vs populism. The article also exposes the conflicts stemming from the so-called «Copenhagen dilemma» and the rise of the extreme right across the EU and stops in some concrete cases such as the restrictions on the rights of refugees in Denmark or the limitations which have occurred in recent years in the field of civil liberties in Spain. The article concludes that this deterioration is linked to the «great enlargement», which involved the accession to the EU of the Eastern European countries against the backdrop of a relentless financial and economic crisis that rapidly became in a social crisis and a truly crisis of values as a result of the austerity policies imposed by an unsatisfactory handling of the crisis itself. This has resulted in a challenge to the very idea of European integration coming from different ideological fronts. The article finally stops on the European response to the democratic backsliding described before by reaffirming its fundamental values and by enhancing their protection by implementing new mechanisms to ensure that the quality of democracy and the rule of law in the EU is improved complementing the national systems of judicial protection of fundamental rights legal common to the constitutional traditions of the EU Member States.