ResumenSi poco estudiado ha sido el estrato más bajo del clero en la ciudad de Córdoba, el pequeño núcleo que formaban los rectores parroquiales aún menos. Estas rectorías, de importancia supina para la labor pastoral y la administración de sacramentos, parecen no tener una forma definida durante la época moderna en Córdoba. La cuestión de su definición es el objeto de este artículo, para lo que se han consultado las constituciones sinodales de la diócesis, así como diversa información de archivo. Su carácter beneficial o no, así como la concesión de la cura animarum centran el debate. La adaptación al modelo tridentino de rectoría parroquial exigió un verdadero esfuerzo para la administración diocesana, que debió lidiar con las reticencias y alegaciones de una empoderada Universidad de Beneficiados que se había aprovechado de la indefinición de este cargo en la ciudad de Córdoba. Por ello, se destaca un punto de inflexión en esta situación en 1648, cuando el obispo Pimentel, animado desde Roma, plantea un modelo de patronato para estas rectorías que permitan la manutención de sus titulares sin el perjuicio de modificar cualquier reparto del diezmo parroquial, que hubiera supuesto una mayor oposición a la que ya hubo durante un siglo después.AbstractIf little studied has been the lower stratum of the clergy in the city of Córdoba, the small nucleus that made up the parish rectors even less. These rectories, of supine importance for pastoral work and the administration of the sacraments, seem to have no definite form during modern times in Córdoba. The question of its definition is the object of this article, for which the synodical constitutions of the diocese has been consulted, as well as various archival information. Its beneficial nature or not, as well as the granting of the cura animarum center the debate. The adaptation to the Tridentine model of parish rectory required a real effort from the diocesan administration, which had to deal with the reluctance and allegations of an empowered Universidad de Beneficiados, that had taken advantage of the lack of definition of this position in the city of Córdoba. For this reason, a turning point in this situation stands out in 1648, when the bishop fray Domingo Pimentel, encouraged from Rome, proposed a model of patronage for these rectories that would allow the maintenance of their holders without the detriment of modifying any distribution of the parish tithe, that it would have supposed a greater opposition to the one that already existed during a century later.