Purpose: This research aimed to compare the effect of two intervention programs using stable or unstable surfaces on speed and hitting distance in golf stroke/swing. Methods: Twenty-five elite golfers (19.20 ± 1.77 years, height = 181.12 ± 4 cm, body mass = 75.35 ± 5.83; kg, BMI = 22.71 ± 1.76 kg.m2, handicap: 2.49 ± 2.56) were randomly assigned to two different 8-week training programs based on unstable surface (n = 12) or stable surface training (n=13). Measurements of carry distance and club head speed were performed using the Trackman Golf® system, with each participant executing five swings and obtaining the average and best distance. Results: No significant changes (p< 0.05) in the club head speed or carry distance were found after the intervention in the stable surface or the unstable surface training group. Conclusions: The proposed intervention using instability surfaces does not provide any additional benefit to training on stable surfaces in the specific performance of the stroke in elite golfers.
Resumen. Objetivo: Esta investigación tuvo como objetivo comparar el efecto de dos programas de intervención que utilizan superficies estables o inestables sobre la velocidad y la distancia de golpeo en el golpeo/swing de golf. Métodos: Veinticinco golfistas de élite (19,20 ± 1,77 años, altura = 181,12 ± 4 cm, peso corporal = 75,35 ± 5,83; kg, IMC = 22,71 ± 1,76 kg.m2, hándicap: 2,49 ± 2,56) fueron asignados aleatoriamente a dos programas de entrenamiento diferentes de 8 semanas de duración basados en superficies inestables (n = 12) o en superficies estables (n = 13). Las mediciones de la distancia de golpeo y la velocidad de la cabeza del palo se realizaron con el sistema Trackman Golf®, ejecutando cada participante cinco swings y obteniendo la media y la mejor distancia. Resultados: No se encontraron cambios significativos (p< 0,05) en la velocidad de la cabeza del palo ni en la distancia de golpeo después de la intervención en el grupo de entrenamiento en superficie estable o en el de superficie inestable. Conclusiones: La intervención propuesta utilizando superficies de inestabilidad no aporta ningún beneficio adicional al entrenamiento en superficies estables en el rendimiento específico del golpe en golfistas de élite.