Una conciencia estética crítica con los modelos tradicionales y defensora de la igualdad entre géneros. Este es el punto de partida de la escultura monumental de la artista ceutí Elena Laverón, visible no solamente en el amplio catálogo de sus obras sino en su propia actitud vital; un posicionamiento que le lleva, desde su juventud, a rivalizar con las actuaciones de sus compañeros, consiguiendo vencer reticencias, prejuicios o tratos desiguales.
Este activismo, que no es extraño en la sociedad actual, sí despierta la atención cuando se produce en épocas en las que las miradas androcéntricas prevalecen frente a toda posible resiliencia. Ahí reside el carácter precursor de Laverón al anteceder a planteamientos hoy normalizados y abrir vías experimentales que están en la base de actuaciones transgresoras posteriores. Partiendo de estos parámetros, consigue externalizar un sugestivo ejercicio de resemantización social del espacio público a través de la materia escultórica.
El sustrato último de tales intenciones tiene una especial consonancia con la actitud intelectual planteada décadas antes por la filósofa María Zambrano; los principios de ésta, convertidos en universales, quizá puedan servir de soporte teórico para la actividad artística de Laverón.
An aesthetic conscience, critical of traditional models and defender of gender equality. This is the starting point of the monumental sculpture of the Ceuta artist Elena Laverón, visible not only in the wide catalog of her works but also in her own vital attitude; a position argued from her youth to compete with the actions of her partners and, finally, overcome reluctance, prejudice or unequal treatment. This activism is not strange in today's society but if it arouses attention if it takes place in times where even the androcentric views prevail in the face of any possible resilience. That is the pioneer case of Laverón who, preceding standardized approaches today and opening experimental routes that are the basis of subsequent transgressive actions. Based on these parameters, she manages to externalize a suggestive exercise of social re-semantization of public space through sculptural matter.The ultimate substratum of such intentions is especially in keeping with the intellectual attitude set forth decades earlier by the filosopher María Zambrano; its principles, turned into universal ones, may perhaps serve as theoretical support for Laverón’s artistic activity.